No nos callarán. ¡Defiende NEPA!
Nuestra seguridad, salud y medio ambiente dependen de ello.

¿Qué es NEPA?
La Ley de Política Ambiental Nacional (NEPA, por sus siglas en inglés) es una ley que permite a las comunidades locales proteger su medio ambiente y a sí mismas de proyectos federales apresurados, peligrosos o mal planificados, tales como la construcción de incineradores de residuos tóxicos junto a vecindarios.
NEPA es la primera ley ambiental de la nación, por esto su valor es enorme aunque su finalidad sea sencilla: asegurar que el gobierno federal informe a y se comprometa con el público al que debe servir.
Los tres principios básicos de NEPA son:
Transparencia
Cuando el gobierno federal quiere construir o financiar un proyecto masivo —como una carretera, un puerto, una represa o una prisión— primero debe presentar públicamente sus planes. NEPA garantiza que cuya información llegue a la ciudadanía debido a que, es ella quien tendrá que vivir con las consecuencias ambientales del proyecto.
Toma de decisiones informada
A medida que el gobierno federal se prepara para construir o financiar un proyecto, debe llevar a cabo un estudio detallado de:
- Cómo se construirá el proyecto;
- Las consecuencias del proyecto (buenas o malas) para las comunidades locales;
- Formas alternativas para desarrollar proyectos que cumplen con las necesidades gubernamentales mientras que protejan a las personas y al medio ambiente;
- Medidas para disminuir los impactos negativos del proyecto.
Darle voz al público
Desde antes de iniciar un proyecto y durante todo su desarrollo, el gobierno federal debe pedirle al público —incluyendo las comunidades locales— que exponga sus inquietudes y pericia local relacionada al proyecto. Este es, sin duda, el pilar más importante de NEPA: garantizar que proyectos se llevan a cabo para el beneficio de nuestras comunidades basándonos en nuestros valores democráticos. Los aportes del público conducen a proyectos mejores desarrollados, con mayor consenso y protecciones adicionales para nuestra salud, economía y medio ambiente.

NEPA permitió que estas personas defendieran la eliminación de cuatro presas en el bajo río Snake para restaurar salmoneras salvajes. Ellos son cuatro de las más de 480,000 personas que alzaron su voces para este tema. En la foto, en sentido de las agujas del reloj y desde la parte superior izquierda, está el biólogo de peces y animales de caza de Idaho, Steve Pettit; el director ejecutivo de la tribu Nez Perce, Rebecca Miles; el abogado de Earthjustice Todd True; y el miembro tribal de Nez Perce, Elliott Moffett.
Cómo funciona NEPA en el día a día
NEPA protege a la salud, a las economías sustentables, a la cultura y a la naturaleza. El proceso de NEPA para comenzar un proyecto implica un estudio de los impactos ambientales, de salud, seguridad, económicos, sociales y culturales. Este proceso comienza cuando una agencia gubernamental establece una propuesta de acción, normalmente para un proyecto de construcción que utiliza recursos federales. Si se determina que la acción está cubierta bajo NEPA, la agencia debe llevar a cabo tres niveles de análisis para cumplir con la ley. Estos tres niveles incluyen la celebración de audiencias públicas requeridas, la realización de estudios ambientales y la preparación y difusión de un informe denominado medición de impacto ambiental.
NEPA nos ofrece a todos la oportunidad de participar en nuestro sistema político, independientemente de nuestra raza, color, origen, religión o condición económica. Esto es fundamental, ya que el gobierno federal puede financiar proyectos o arrendar tierras para beneficio de corporaciones millonarias a costa de la salud de comunidades o el sustento de familias.
NEPA es aplicable a todas las agencias federales y a cada una de las actividades que ellas aprueben o lleven a cabo. Desde que fue aprobada en 1970, NEPA ha protegido la salud pública, la vida silvestre, al pequeño empresario y ahorrado dinero a los contribuyentes.
A lo largo de los años, NEPA ha sido muchas veces la primera y última línea de defensa contra mala administración gubernamental y el abuso industrial. Sus historias de éxito se encuentran por toda la nación: la ley ha salvado vidas, preservado la integridad de comunidades, protegido especies en peligro de extinción y tierras públicas, así como ahorrado miles de millones de dólares. A mediados de los 90, por ejemplo, NEPA le ahorró al estado de Michigan $1,5 mil millones cuando un análisis reveló que mejorar una autopista existente —en lugar de construir una autopista nueva de cuatro carriles— ahorraría dinero y evitaría la mayor pérdida de humedales en la historia del estado.
Cinta Kaipat, Tinian y Pågan:
“Vamos a hacer esta lucha sin disparar un solo tiro. Los militares se sentarán, tomarán nota y escucharán nuestras voces.”

Cinta Kaipat es una residente de Saipan que ha estado luchando para regresar a su isla natal de Pågan. Pågan fue evacuada hace años debido a una erupción volcánica, pero ahora se les impide regresar a los residentes anteriores. El ejército estadounidense quiere convertir Pågan –y la cercana isla de Tinian— en un área de entrenamiento élite militar. Kaipat es litigante en una demanda jurídica que lleva Earthjustice para proteger Pågan y Tinian.
TIERRAS DE CULTIVO DE PRIMERA CALIDAD, pesquerías, playas, bosques y arrecifes de coral en riesgo en el Pacífico Norte también se benefician de las salvaguardias de NEPA. El gobierno de Estados Unidos quiere desarrollar “juegos de guerra” en dos islas, Tinian y Pågan, en la mancomunidad de las Islas Marianas del Norte. Allí, la mayoría de los ciudadanos estadounidenses de bajos ingresos utilizan a NEPA para obligar a los Estados Unidos a considerar los efectos devastadores que la artillería, cohetes y bombardeos pueden ocasionar en el medio ambiente y sitios sagrados. Estas pruebas de guerra podrían hacer imposible el regreso de familias desplazadas desde hace décadas a sus tierras ancestrales en Pågan, así como interrumpirían el acceso a atención médica de emergencia a las comunidades aledañas.
De no ser por NEPA, familias de bajos ingresos y líderes comunitarios de las Marianas del Norte tendrían pocas posibilidades de proteger sus tierras y sus medios de subsistencia.

Pedro Saade, Arecibo, Puerto Rico:
“Si las leyes de NEPA fueran destruidas, la gente perdería su capacidad de luchar por su salud y bienestar”.

EN LA COSTA NORTE DE PUERTO RICO, a las orillas del Océano Atlántico, NEPA ha ayudado por los últimos seis años a la ciudad de Arecibo respirar con un poco más de facilidad. Allí, los residentes han utilizado las salvaguardas críticas de la NEPA para detener un incinerador de residuos que operaría en un área ya contaminada con metales pesados.
El incinerador, del que sus simpatizantes esperan obtener recursos federales, quemaría más de 2,000 toneladas de basura al día a menos de dos millas del humedal más grande de Puerto Rico. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, los residentes de Puerto Rico enfrentan 2.5 veces más la tasa de mortalidad por asma que los residentes de Estados Unidos, por lo que los humos tóxicos del incinerador serían arrojados a una comunidad que ya está en riesgo.
Para Arecibo, y muchas otras comunidades en todo el país, la NEPA ofrece protección para salvar vidas.

NEPA, la voz del pueblo, bajo asalto
Durante casi 50 años, los Estados Unidos ha contado con una poderosa herramienta legal que le permite a comunidades defenderse de acciones perjudiciales del gobierno y la industria. Sin embargo, intereses corporativos y cabilderos han intentado debilitar esta protección.
En los últimos seis años, 180 leyes han tratado de atacar, socavar, debilitar o suavizar las protecciones de NEPA. Algunos líderes en el Congreso han señalado su interés por atacar a NEPA, y con los nombramientos de Trump de un gabinete anti-regulador, los ataques están destinados a tener un impacto devastador.
Dígale a sus representantes en el Congreso que su derecho a ser escuchado no es negociable; y aliente a que protejan a NEPA, ¡su voz!